viernes, 29 de julio de 2011

¿En dónde estaba el sol?


Luis Enrique López León

A las víctimas de atentado en Noruega

Al leer la fatídica noticia de los atentados en Noruega, no pude evitar recordar la letra del legendario Alberto Cortez en su disco "Como el primer día" en 1983, de donde se desprendía un track de más de seis minutos titulado "Sabra y Chatila" que estaba dedicado a las víctimas de Beirut en el oeste del Líbano, donde murieron 3500 refugiados palestinos.
En tal tema musical, Cortez se preguntaba entre otras cosas: "A dónde estaba el sol cuando sonaron los ecos desatados de la ira, no será que las sombras lo apagaron en Sabra y Chatila". A manera de reproche, el célebre y admirado cantante se preguntaba en dónde estaba Dios en ese momento, reprocha también el hecho de que tanto dolor no tiene nombre en Sabra y Chatila.
Hoy repito yo esos mismos cuestionamientos, en nombre de qué míseros designios mueren jóvenes impunemente a causa de las mentes enfermas de los habitantes de esta tierra. Cómo es posible que hayan cómplices de masacres tales como las que tristemente atestigua nuestra impíamente atacada madre tierra.
Quizá en número no se compare con Sabra y Chatila, mas el impacto que recibió la conciencia colectiva de la humanidad es similar y superable. No concibo la idea de la existencia de una razón que permita asimilar el porqué de tan despiadados ataques a las juventudes vacacionistas del bello Noruega.
En dónde estaba el sol, en dónde estaba Dios, en dónde estabas tú, en dónde estaba el bien cuando se abrieron las fauces descarnadas del coraje, cuando las mismas se cerraron insaciables de destrucción e indolentes de la pena y el hastío.
En 1982 fue Sabra y Chatila, hoy 2011 fue en Oslo, Noruega; ayer y hoy: en dónde estaba el sol.

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