lunes, 26 de noviembre de 2012

¿Cómo construir leyes de calidad?



David CONTRERAS 


Es indudable que la mayoría de los ciudadanos tienen la percepción de que tenemos leyes muy malas. Así lo expresan cuando mencionan que las leyes son frías, oscuras, enfadosas, y, lo peor, injustas. Esa percepción los lleva en principio a incumplirlas. Nadie quiere cumplir con una ley en esas condiciones, menos –afirman- si es “injusta”. El principal problema que existe en México es que se apuesta a leyes cuantitativas, es decir, leyes por cantidad. Me parece que en un verdadero Estado de Derecho se debe apostar a leyes cualitativas, esto es, leyes de calidad. 

Lo cierto es que para la creación de leyes, la propia Constitución establece en su artículo 72, una forma rigurosa en que deben crearse. En teoría, la realidad es otra. Como ejemplo de esto, podemos señalar la importantísima reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008, que reformó diversos artículos constitucionales -16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 73 (frac. XXI y XXIII), 115 (frac. VII) y 123 (frac. XIII apartado “B”)-.

Si todos leyéramos el texto constitucional, pensaríamos que esto es algo muy complicado. Sin embargo, como dije, la realidad es otra. Así fue el proceso de reforma a la que hicimos mención:

El 10 de diciembre de diciembre de 2007 fue presentado el dictamen de las comisiones, el 12 del mismo mes y año, fue aprobado por el Pleno de la Cámara, con una votación avasallante. 366 votos a favor, 53 en contra y 8 abstenciones. A favor votaron casi todos los Diputados del PAN excepto uno, asimismo, los Diputados del PRI, PVEM, Convergencia, PT y PANAL, incluyendo un Diputado del PASC. En contra, votaron 52 del PRD y uno del PAN. Se abstuvieron de votar 5 del PRD y 3 del PASC.

Una vez que fue aprobada por la Cámara de Origen, fue turnada a la colegisladora el 13 de diciembre del mismo año; ese mismo día fueron capaces de redactar el dictamen correspondiente y ponerlo a consideración del Pleno. En un sólo día, el Senado votó a favor de la iniciativa. 79 Senadores a favor, 27 en contra y 4 abstenciones.

*Para mayor información, consultar: CARBONELL SÁNCHEZ, Miguel. Los juicios orales en México. México (2012). Ed. Porrúa. P.17



En efecto, una reforma que cambia toda la manera de operar de un sistema, no puede discutirse con esa brevedad. La reforma no contó con un diagnóstico ni fundamento al proceso legislativo para su aprobación. No hubo datos empíricos, estadísticos, análisis de los expertos, estudio del derecho comparado, etcétera, los cuales hubieran dado una aproximación al proceso de toma de decisión y además podían haber servido para justificar la necesidad y pertinencia de la misma. Aunque creo que la reforma era necesaria y urgente para el sistema jurídico mexicano, me parece que no cumplió inicialmente con los requisitos que debe tener una ley de calidad, por tanto, genera duda y confusión a ciertos sectores de la sociedad.

Si queremos tener leyes de calidad, tenemos que atender básicamente tres etapas. De manera más gráfica, se puede ver en el siguiente cuadro:



Pre-legislativa

Legislativa

Post-legislativa


1. Estadísticas (¿por qué es necesaria?, ¿cuál es el fundamento?, ¿cuáles son los índices justificatorios?, ¿Cuánto cuesta? Etcétera.)

2. Análisis de los expertos (foros, debates, conferencias, congresos)

3. Investigaciones

4. Derecho comparado

5. Proyecto anticipado (texto legislativo –hecho por la sociedad civil- claro, sencillo, congruente, comprensible, etcétera)

1.Iniciativa

2.Discusión

3.Aprobación

4.Sanción

5.Publicación

6.Iniciación de la vigencia

1.Rendición de cuentas (publicación constante en medios de comunicación y redes sociales sobre la creación de la ley: sus beneficios, consecuencias, etcétera)

2.Requerimientos de informes a las autoridades operadoras

3. Vigilancia legislativa


Estoy seguro de que si seguimos cada una de las etapas anteriores, tendremos leyes de calidad. Las leyes de calidad generan confianza y brindan más seguridad. No hay que olvidar la frase que escribió Rousseau en su Contrato Social: “Las buenas leyes traen otras mejores; las malas acarrean peores”. Las leyes no sólo son para abogados, son para la convivencia social pacífica. Por ello, todos debemos de participar.

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