jueves, 15 de septiembre de 2011

De la mafia y de las invasiones




Lic. Arturo Rubio Ruiz


En la época de la prohibición de la venta de alcohol en la Unión Americana, de 1919 a 1933, la mafia de Chicago, liderada por Alphonse Gabriel Capone amasó una enorme fortuna contrabandeando licor.
Al Capone llegó a ser catalogado entonces por el FBI como el enemigo público número uno de los Estados Unidos.
Pese a ello, y a la enorme derrama de recursos para capturarlo, únicamente pudo ser procesado y sancionado por evasión fiscal.
El cúmulo de homicidios y extorciones a él atribuidos, y sus enormes ganancias por la venta ilícita de alcohol, juegos de apuestas y servicios de “protección”, nunca fueron sancionados.
El más afamado mafioso de la historia norteamericana, murió sin ser castigado por sus legendarios crímenes.
Sólo pasó siete años en prisión, pues fue condenado en 1932 y liberado en 1939.
Murió de viejo, en el retiro, disfrutando del cálido clima de la región seminola, en una de sus mansiones idílicas en la Florida.
Lo mismo ocurrirá en BCS, toda proporción guardada, con el más connotado líder de invasiones en el Estado.
Cálculos conservadores dan cuenta de más de nueve mil hectáreas de terrenos ajenos con alto valor comercial, invadidas sistemáticamente por el grupo de profesionales encabezados por Uzcanga.
Desde sus inicios en Los Cangrejos, hombro a hombro con Narciso, hasta la Ballena, bajo los auspicios y blindaje entonces de los gobiernos municipal y Estatal, la organización criminal de invasores hizo del apoderamiento violento de predios ajenos, un negocio de enorme rentabilidad política y económica.
Y sin embargo, hoy enfrenta a la justicia únicamente por el delito de fraude, que si bien es grave con la modalidad que le fincaron, también es cierto que es ridículamente benigno el cargo, comparado con la estela de latrocinios cometidos al amparo del entonces grupo en el poder.
No ha sido procesado por el delito de despojo, ni hay indicativas mediatas de que ello vaya a ocurrir.
Entonces, por cuanto hace a la conducta socialmente más lesiva cometida por su banda en la entidad, la impunidad está evidenciada.
¿De verdad esperan que Uzcanga permanezca largo plazo en prisión? Lo dudo mucho.
El delito que le atribuyen es patrimonial, se persigue a petición de parte interesada. Si llega a un arreglo económico con quienes se querellan en su contra, obtendrá su libertad.
El pago de la reparación del daño, y un abogado penalista de mediana experiencia, aprovechando las inconsistencias de nuestro código penal, abrirán la reja del ahora reo más famoso en el Estado.
Mal negocio entonces hace la Procuraduría, al dejar de lado el delito de despojo, y centrar su artillería en el fraude.
¿Y la organización delictiva formada, estructurada, organizada específicamente para delinquir?
¿No será sancionado por ese delito que es más grave que cualquier fraude que le puedan fincar?
De hecho, el fraude es secundario o accesorio al primario de despojo, y el despojo es resultante de la operación funcional de una organización criminal constituida estructurada y jerarquizada específicamente para delinquir.
Hay tiempo para rectificar.
¿Habrá voluntad política?

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