sábado, 7 de abril de 2012

La comida el combustible de la vida




Cubicuate

Cuando eres joven y no padeces ninguna enfermedad crónico degenerativa , comer es divertido, es gozoso, es un pretexto para convivir con tu novia y/o amigos , en pocas palabras es una monada. Pero cuando la vida te cobra la factura de toda tu ignorancia y de ser el rey de la apatía por aprender a comer.

Esa corona de apatía cobra cara la factura, podrás evadir tu responsabilidad pero jamás las consecuencias. Y así fue...... Cuando era niño nadie me enseño a masticar más de 25 veces los alimentos, más bien lo enguia de un bocado para que mis hermanos, amigos y conocidos, no me despojaran de ese bocado. Jamás me advirtieron que el azúcar le quitan lo moreno con alguna sustancia perniciosa parecida o igual a la cal.

Yo adoraba comer dulces, me encantaban los "sugar babies" en su bolsita amarilla mmmmm que delicia pero si me daba cuenta a mi corta edad que el gusto tan solo me duraba de los dientes a la garganta, y me preguntaba porque están tan buenos..... y así paso mi vida entre la ignorancia y la apatía , puesto que con el tiempo has sabido que las grasa animales no son tan amigables con tus arterias.

Cuando tienes un conato de infarto todas esas vivencia e ideas se a galopan en tu mente y te das cuenta que no puedes culpar a nadie , tu eres el responsable de lo que entra en tu boca(y lo que sale también) , entonces reaccionas y dices esta e la herencia que les voy a dejar a mis hijos, es decir, como morir joven por no saber amar mi cuerpo , por no saber decir que no y en eso me acorde de un comercial que vi hace muchos años en la famosa revista "runner´s world" el cual daba entender que a la gente la estaban matando a sartenazos , pero no en la cabeza , sino a través de la comida frita, destruyendo arterias, higado, pancreas, etc, y pensé "tienen razón" .

Yo casi muero y en eso irrumpí en llanto como un niño que le pide a su papa permiso para ir un lugar para adultos, en mi caso pidiéndole a dios permiso para seguir viviendo una vida que yo había rechazado a través de mi manera de comer y de contaminar mi cuerpo.

Ahora suena dramático pero cuando sientes la fría caricia de la muerte y vez tu obra inconclusa (tus hijos) clamas a dios que te quite esa corona de apatía cuyo peso casi me mata , y todo por usar el pretexto "la comida es el combustible de la vida" pero también es conducto de muerte.

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