miércoles, 19 de septiembre de 2012

¿Cómo construir sociedades justas?

 
 
 
 
Por: David CONTRERAS

 

     Imaginémonos una sociedad justa, en donde la seguridad pública es un éxito, en donde la educación es el pilar y la base de todos y cada uno de los habitantes del País, en donde tú y yo podemos gozar de nuestros derechos y libertades, y, en la cual, las instituciones son garantes y máximos protectores de nuestros derechos fundamentales. Hoy por hoy, con las condiciones que vive México, sabes que resultará difícil mas no imposible lograrlo. Creer que es imposible, sería como cavar la tumba de todos sin haber intentado nada para rescatar al País. Lo cual, sería lamentable. Te deprimes.  

     Sin embargo, enciendes por la mañana el televisor, y miras que otra vez ejecutaron a 35 personas en Chihuahua, 10 en Tijuana, 25 en Nayarit, etcétera. Prendes la radio por la tarde, y escuchas que el sindicato de maestros de la Señora Elba Esther Gordillo se opone a las reformas estructurales para lograr por fin una educación de calidad. Entras al facebook y lo primero que vez te sorprende. Es una etiqueta de tu amigo que contiene diversas imágenes de tu próximo Presidente a la República de la mano de un narcotraficante. Parecen muy felices, piensas. En twitter, miras una publicación que dice: “perdimos la lucha contra la delincuencia organizada”. Sabía, refutas.

     Entonces te preguntas, ¿por qué vivimos en un País así?, ¿por qué no tenemos una educación de calidad?, ¿por qué las instituciones no hacen justicia?, ¿por qué no se respetan nuestros derechos humanos? Etcétera.

     En fin, de lo único que estamos seguros, sostienes, es que el problema no sólo es de las instituciones y nuestros gobernantes, sino de todos los que conformamos la sociedad. Si queremos cambiar, argumentas, tenemos que empezar por nosotros mismos. Tenemos que dejar de ser habitantes apáticos, y convertirnos en ciudadanos participativos y democráticos, conscientes de nuestros actos  y sus consecuencias. Debemos conocer nuestros derechos y obligaciones, y las instituciones que los protegen o exigen. Asimismo, la familia como primer elemento y el Estado como segundo vinculante, debe infundir y garantizar educación de calidad. Eso es muy importante, dices. Si somos conscientes y educados, seguramente reduciríamos los altos índices de corrupción y sus efectos colaterales que tanto daño nos hacen. Pero eso no es todo, agregas. Tenemos que tener leyes de calidad que permitan dar certeza jurídica, y eso solamente se logrará, si contamos con una técnica legislativa eficiente. Esa es la única forma que conozco hasta el momento para construir sociedades justas. Supones. Valdría la pena intentarlo, hoy es el día. Exhortas.  

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